No pocas veces me había empezado a cuestionar el nombre de “Mil
soles espléndidos”, se me estaba transformando en alguna especie de enigma, ¿Acaso
era yo él incapaz?, prefiero pensar que algunos libros tienen nombres sutiles.
En la página 179 de la décima edición (editorial Salamandra) se lee:
---También a
mí me lo parece (Laila)
---Durante
todo el día me ha rondado por la cabeza un poema sobre Kabul. Lo escribió
Saib-e-Tabrizi en el siglo diecisiete, creo. Antes me lo sabía entero, pero
ahora sólo recuerdo dos versos:
“Eran incontables las
lunas que brillaban sobre sus azoteas, o los mil soles espléndidos que se
ocultaban tras sus muros”
En una
madrugada donde los sentimiento de congoja se me desparraman por cada poro, no sé
qué puedo escribir después de esto, solo sé que me ha gustado saber el porque, “Cometas
en el Cielo” del mismo Khaled Hosseini es maravillosamente notable, sientes de
manera casi palpable que te atrapa desde la primera página, una especia de imán
donde yo mismo soy ese polo opuesto que se ve atraído. La verdad iba a escribir
sobre el NO derecho de otros a dañar a otros, pero he cambiado de parecer casi
en el momento de que la notebook cargaba, descubrí que no tenía sentido, por lo
menos esta noche lo que me hacía mucho sentido hace poco tiempo hoy ya no tiene
esa preponderancia, en un diciembre de 2012 de muchos cambios les tengo mucho
que contar, en parte se que he cambiado y ese cambio lo siento de manera
positiva, tengo una buena sensación de boca hasta ahora al menos. Se los
contare todo dentro de estos 3 días en casa y gracias por sus mails.