Hablamos de Dios los dos, tu que había creer y yo que veo a Dios en la cotidianidad. Creo en Dios, me gusta creer en él, en ese ente superior, con esa magnificencia, donde apoyarme en caso de sentirme desvalido, no me suelo apoyar mucho esto no significa que no necesite tu hombro o tu cariño (Por dios que lo necesito), me gusta sentirme débil ante ti, no es de poco hombre confiarse a la mentalidad de la que uno considera su mujer, que rico llegar aburrido del trabajo y llegar a los brazos de la mujer, son diferentes, esa diferencia tan necesaria que las hace tan especiales. Vuelvo a lo de Dios solo para que decir que obviamente todos estamos en deuda con él, todos pecamos a diario, no me gusta usar la terminología pecar en realidad, suena tan pacato, tan prohibido que invita a comerse la manzana prohibida con chocolate. Yo le debo como todos, jure de "guata" no pisar una iglesia de nuevo y termine entrando de la mano a una junto a ti, lo recuerdo claramente, nos levantamos tarde como siempre, tomamos desayuno y salimos corriendo, estabas radiante !! jeans ajustados (indecente) y camisa de brasil, más brasileña? Imposible !!. Hermosa, llegamos a otra iglesia cerca, preguntamos hasta que cuando íbamos llegando te topaste con otras dos brasileñas del grupo y nos indicaron bien bien la dirección...Le debo a Dios como todos...le debo que viniste con un grupo católico, él en parte te trajo, yo fui ese día a agradecer, había mucho por el cual ese día hincar la rodilla, te tenía de la mano, estabas conmigo, suficiente como para creer en el favor concedido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario